miércoles, 15 de abril de 2009

Un poco de Foucault no viene mal...

Esta publicación está centrada básicamente en un tema esbozado en el blog “Los desafíos del escultismo en el siglo 21”, en la última entrada que se titula “¿Recompensa - castigo en los scouts?”, por Búho Terco.
Bien, ¿por donde empezar? Antes que cualquier cosa, aclaro que hablar de Foucault para mí, es hablar de palabras mayores.
Sin ir más lejos, ni tanto preámbulo, ayer estuve releyendo algunos conceptos planteados por él sobre justamente el poder, el cuerpo, la vigilancia y el castigo. Y que cosa encontramos en todo ello, por supuesto que nuestro entorno más cercano, el grupo scout. Cada comienzo de actividad, cada reunión de padres, cada vez que ingresa un chico nuevo al grupo no dejo de preguntarme “¿cómo nos verán esos familiares y qué pensaran de nosotros?”. Puede parecer una pavada absoluta, pero estamos inmersos en un mundo donde a los chicos los llamamos con nombres de personajes ficticios, donde cada vez que se saludan dicen “siempre listo”, donde con sólo levantar dos o tres dedos de la mano logramos que hagan silencio en un segundo. Qué diferente es lo que cotidianamente se ve en las calles, plazas, patios de colegios. Hay muchas y variadas diferencias que hacen que esto que nosotros llamamos “hermandad” lo sea de verdad. Pero no podemos negar que tratamos con personas, individuos contextuados. Sería sencillo pensar que son números u objetos manipulables a nuestro gusto. Y eso es lo que creo sucede en muchas organizaciones –deportivas, educativas, recreativas, etc.- Intentamos marcar cierta oposición al hacer de esto un juego, voluntario e informal. Pero no podemos olvidar que no deja de ser educación y para ello es sumamente necesario que haya “educadores”. Así como para ser docentes se necesita un nivel de conocimiento y formación, así como para un médico obtener su matrícula habilitante debe pasar 6 años en una universidad, así como un periodista necesita del consenso de sus colegas para ejercer su función, los dirigentes educadores scout, también requieren su formación. No se puede permitir que cualquier persona que tenga ganas esté a cargo de niños. Para ello existen módulos que enseñan, que dan las herramientas para que uno lo lleve la teoría a la práctica.
Volviendo a la parte teórica, llámese el aspecto foucaulteano, sabemos que es preciso ejercer cierto poder sobre las personas, en particular sobre los beneficiarios. Pero, como dije anteriormente, para ello se dan las herramientas para llevarlo a cabo de una forma adecuada. Seguramente haya disyuntivas sobre las formas de ejercer ese poder, y ahí es donde se entra en conflicto cuando planteamos si está bien o no dejar a un chico a la intemperie en una noche de campamento porque se llevó un dulce de leche de la cocina para comer con sus compañeros. Debemos buscar las maneras de transmitir ese conocimiento práctico sin castigos físicos. Siempre consideré lo mismo, no hay mayor aprendizaje que el que se logra luego de equivocarse. Pero para ello se necesita de un guía que muestre el camino correcto y la mejor manera posible, consiguiendo que el niño comprenda y relacione su error con lo que debe aprender.
Cada uno sabrá hasta donde llegar y de que manera utilizar ese poder que le es concedido por su rol de educador.

Se abre un debate muy extenso con el tema de la seguridad en las actividades. Será un tema a tratar más adelante, por cuestiones de tiempo no puedo hacerlo ahora. Pero es interesante cómo desde lo básico de la enseñanza se pueden evitar miles de consecuencias e infortunios. Una vez me enseñaron que los accidentes no existen, lo que existe es la negligencia y la falta de prevención. Lo único que a mi pensar se puede llamar “accidente” es algo evitable, y como tal, sólo la naturaleza y obra de Dios es inevitable. Y me arriesgaría a pensar que hasta a la naturaleza pondría a prueba si pudiera.
Hasta aquí llego con mi nota, gracias a mi nuevo compañero Búho Terco, que inspira con sus conocimientos, publicaciones y respuestas a una Panda Sociable a exponer sus pensamientos y locuras.
Panda Sociable

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